viernes, 4 de septiembre de 2009

Mi primer concierto - Comienza F.H. y sigo yo.


Yo había corrido la silla un poco hacia los agudos para estar más cómodo; y las primeras notas empezaron a caer como gotas al principio de una lluvia. Estaba seguro de que aquella pieza no iba peor que las anteriores. Pero de pronto sentí en la sala murmullos y hasta creí haber oído risas. Empecé a contraerme como un gusano, a desconfiar de mis medios y a entorpecerlos. También creí haber visto moverse una sombra alargada sobre el piso del escenario,hasta que unos ruidos no muy comunes guiaron mis ojos hasta la sombra escurridiza. Apunte mi vista hacia el angulo izquierdo...quede atónito, habia un gato en mi escenario.Respire hondo, asumi que el motivo del desorden era mas llamativo de lo que yo creia, trate de ignorarlo , mire al director y con un gesto le pedi que siguiera con el concierto.Me concentré en mi piano, en mis dedos , en las notas, en la partitura , en los músicos. Intenté seguir con la pieza como si nada , pero el ambiente estaba demasiado viciado de sonidos molestos . El gato se paseaba de un lado a otro del escenario, desfilando ante 150 personas que festejaban su andar de tal manera que perforaban mi cerebro. En el entrevero de notas y miradas , el gato y el caballo de Lans jugaban carreras para ver quien de los dos llegaba antes a mi piano. Por suerte o por desgracia alguna risa me devolvia nuevamente al instante en que debía seguir tocando la notas musicales. Mis dedos que estaban lejos de esta realidad, no pararon un segundo . La melodia de David Lans era formidable , tenia tanta fuerza, tanta energia, era tan vigorosa que se podia escuchar el galope de ese caballo frenético , que cada tanto descansaba , solo para darle más rienda suelta a su carrera contra el viento. En el momento más alto de la melodia, el gato se deslizò hasta mis piernas y jugando con los cordones de mis zapatos, ronroneaba al compás de los agudos. El púbico ya no reia , ni hablaba, la música recuperò el protagonismo .Todos danzamos con la misma sintonía, el público , mis músicos , los acordes , mi piano y la atracción de la noche, el gato. En lo que quedó del concienrto , algún curioso lo buscaba en el escenario , a otros le daba ternura verlo disfrutar en mis pies, los acordes del aire, pero nadie comentaba, ni reia, era parte del esepectáculo.
Mi gato me acompañó a los siguientes conciertos. Cuando llegabamos al teatro, ya no era mio solo, sino de la orquesta y del público
.

1 comentario:

  1. Cuando G. me pasó el texto original y lei que los dos vimos un gato. Me emocionó la conexión con Felisberto.

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